Lo que si puedo decir es que antes de salir de Santo Domingo había estado orando para que Dios pusiera en nosotros un amor especial por su pueblo porque el trabajo del ministerio puede hacerse muy difícil sino imposible sino no se tiene la motivación del amor. El hecho de que Dios haya comenzado a hacer esto en nosotros es de gran gozo para nosotros y nos llena de un gran sentido de sobrecogimiento al saber la gran responsabilidad que tenemos ante Dios de contribuir con la edificación de su pueblo.
Al haber experimentado esto nuestra experiencia aquí en Chicago se hace mucho más real, más palpable, más significativa porque sabemos por lo que estamos aquí. Sigue siendo mi oración de que Dios añada aún más de su gracia y amor para su pueblo y que al mismo tiempo añada firmeza y verdad para poder tener la extraordinaria y gloriosa combinación de Cristo de "gracia y verdad"(Juan 1).
Por otro lado, algo que realmente nos sorprendió grandemente fue el gran amor y afecto que sentimos que la gente nos tiene. Realmente nos sentimos amados y valorados. Esto es un privilegio inmerecido. En esta semana he leído 1 y 2 de Corintios y durante mi lectura de 2da de corintios he podido observar como Pablo fue criticado, atacado, ofendido e irrespetado en esa iglesia. Ciertamente no por todos los miembros pero por un grupo de ellos. Por esto, me doy cuenta de que ser amado y respetado por su iglesia es algo que tenemos que agradecer porque no es la realidad de todos los pastores...por esto gracias Señor, aún por el amor que pones en tu pueblo por nosotros!
Por último, sólo me queda enviar unas excusas a todos aquellos que no pudimos abrazar o visitar o con los que no pudimos hablar...el tiempo fue muy corto; pero confiamos en Dios de que nos dará más oportunidades de compartir más adelante.
Un abrazo a todos,
Chacho, Charbela y Elías
No hay comentarios:
Publicar un comentario